Tras un Ictus, la Fisioterapia ayuda a recuperar la capacidad funcional y el tono muscular

Los resultados del estudio serán útiles para elaborar un programa de recuperación

Investigadores del Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina de la Universidad de Almería (UAL) han demostrado que la Fisioterapia mejora la capacidad funcional, así como el estado neurológico y muscular de personas mayores afectadas por Enfermedad Cerebrovascular (ECV) o Ictus. Esta afección, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se debe mayoritariamente a la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que riegan el cerebro y es, además, una de las principales causas de muerte en todo el mundo. En concreto, el equipo de expertos se ha centrado en analizar cómo influye la Fisioterapia en la mejora de aquellas funciones afectadas por esta enfermedad como la realización de las actividades diarias (alimentación, aseo, etc.) o la recuperación de la tonificación muscular.

En el artículo ‘Rehabilitación domiciliaria en la recuperación funcional de los pacientes con enfermedad cerebrovascular’, publicado en la revista española Neurología, los investigadores han demostrado como, en personas mayores afectadas por ECV, el tratamiento recibido a través de las unidades móviles de rehabilitación-fisioterapia (UMRF) disminuye su dependencia y aumenta su capacidad funcional un 27%. “Tras finalizar el tratamiento más de un 56% de ellos recibieron alta por mejoría sin precisar regresar al hospital para recibir más sesiones de rehabilitación. Asimismo, también mejoró el tono muscular y el estado neurológico, explica la investigadora Remedios López a la Fundación Descubre.

El presente estudio, que incluyó a 124 pacientes que habían sufrido ECV, se desarrolló con la  participación del Distrito Sanitario de la provincia de Almería entre enero de 2008 y junio de 2011. “La unidad móvil está formada por un equipo de profesionales multidisciplinar integrado por un médico rehabilitador, cuatro fisioterapeutas, un terapeuta ocupacional y varios celadores conductores”, sostiene López. Y añade: “Todos los pacientes son evaluados previamente al tratamiento rehabilitador y al finalizar el mismo. Éste consistió en el desarrollo de diferentes técnicas de cinesiterapia (ejercicios activos) para reducir las secuelas de la enfermedad y la reeducación tanto del paciente como de su entorno familiar más cercano, adaptándose de forma inmediata a la incipiente situación”. 

Hacia un modelo más efectivo 

Los resultados obtenidos ofrecen, según los investigadores, datos útiles tanto para el diseño de programas de recuperación como para la mejora de las medidas de evaluación y tratamiento en pacientes que reciben rehabilitación domiciliaria. “Este análisis es importante para fomentar el aumento en la participación de las actividades básicas de la vida diaria (mayoritariamente alimentación autónoma, aseo o caminar) y constituye un pilar básico sobre el que se sustenta la calidad de vida de estas personas, ya que les permite ser más independientes”, apunta la investigadora.

De hecho, el presente trabajo ha permitido al equipo de expertos abrir nuevas líneas de investigación con el objetivo de desarrollar diferentes estrategias de acción que permitirían un ahorro en el coste del tratamiento de aquellas personas afectadas por este tipo de enfermedades. “Los sistemas sanitarios que disponen de unidades de rehabilitación ambulatorias y una atención domiciliaria adecuada pueden ofrecer tratamientos más prolongados e intensos con costes inferiores a los gastos normalmente derivados del ingreso hospitalario. Por ello, el siguiente paso en nuestra investigación será desarrollar un estudio para ofrecer datos más exhaustivos y concretos sobre este ahorro económico”, apostilla.